Familias destructivas, aprende a llevar y propiciar una buena relación familiar

VIOLENCIA FAMILIAR

(Centro de difusión de Ciencia y Tecnología Del Instituto Politécnico Nacional)

¿Cómo se define?

Como una acción u omisión intencional, dirigida a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal psicoemocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del domicilio familiar; que tengan parentesco civil o lo hayan tenido por afinidad, matrimonio, concubinato o mantengan una relación de hecho y que tiene por efecto causar daño (incluye tanto a las mujeres como a los menores, enfermos y ancianos.

¿Qué sabemos de la violencia familia?

A lo largo de la historia se ha comprobado que en todo el mundo siempre ha existido lo que hoy llamamos violencia familia; pero no se le reconocía como tal porque estaba arraigado en la sociedad el pensamiento de que el hombre era el que ejercía el poder y los demás debían obedecer.

Esta situación se agudiza porque a las principales víctimas: mujeres, niñas y niños la ley no les reconocía derechos y ello los hacía depender de un varón, ya fuera el padre o el marido. Dado que la vida era así no había cómo denunciar o con quién quejarse.

¿Porque se da?

Porque la sociedad acepta las formas de autoridad que asumen los hombres para controlar y mantener subordinadas a las mujeres.

Porque las mujeres y los hijos desconocen sus derechos humanos.

Porque no se cumple la legislación que la previene o la castiga.

¿Quiénes son los actores en la violencia familiar?

Agresor o generador de violencia. Es el que la genera, realizando actos de maltrato físico, verbal, psicoemocional o sexual hacia las personas con las que tenga o haya tenido algún vínculo familiar.

Agredido o víctima de la violencia. El grupo o individuo que sufre el maltrato físico, verbal, psicoemocional o sexual. Miembros de la familia. Son los que forman o formaron una familia y en los que de alguna manera repercute la violencia familiar.

¿Qué valores defiende la sociedad?

La salvaguarda de la integridad física, psicológica, sexual, y económica de los miembros de la familia, mediante la atención y prevención de la violencia familiar.

¿Hay alguna ley que castigue la violencia familiar?

Sí. Las principales están contenidas en el artículo 4° de la Constitución, que establece que el hombre y la mujer son iguales ante la ley y que ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia; el Código penal tipifica los delitos que se cometen en el seno familiar al ejercerse la violencia; y en todos los estados y la Ciudad de México existen leyes que generalmente se llaman “Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familia”, que tutelan los derechos de los miembros de la familia.

¿Qué hago en caso de sufrir malos tratos o agresiones sexuales?

No te quedes callada y te aísles, no te sientas como si fueras culpable de la agresión.

Conserva la calma.

Piensa que no estás sola.

No seas tolerante con tu pareja.

Denuncia los hechos inmediatamente.

Tu denuncia afianza tu seguridad y previene futura agresiones a ti misma (o) o a otros miembros de la familia.

Avisa a la autoridad más próxima o acude personalmente a la delegación más cercana. En tu declaración serás atendida por personal especializado.

Busca ayuda psicológica.

Desarrolla un plan de seguridad.

Si ya has sufrido la violencia familiar, ésta puede incrementarse en cualquier momento, por ello es conveniente que hagas los siguientes preparativos para sentirte más segura (o) en esta situación:

 Explícales tu situación a las personas para que en un caso de emergencia estén dispuestas a ofrecerte temporalmente un lugar seguro para ti, tus hijos y tus pertenencias.

 Reúne y guarda en un lugar confiable y al que sólo tú tengas acceso, los documentos que consideres importantes, tales como: comprobantes de domicilio, fotocopia de las actas de registro civil (nacimiento tuyas y de tus hijos, de matrimonio, de adopción en su caso, etc.); pasaportes, credenciales y carnet del IMSS, ISSSTE o de seguro médico; chequeras, comprobantes de salarios, facturas, tarjetas de crédito, estados de cuenta bancarios; instrumentos de prueba que tenga como testimonios, denuncias presentadas, fechas y números de las declaraciones hechas, copias de los juicios; fotocopia de los documentos de automóviles; títulos de propiedades de su pareja, propias o mancomunadas, entre otros; números de teléfono y direcciones importantes de personas o instituciones que pueden ser una fuente de ayuda y de apoyo como amistades, familiares, policía, abogados, refugios a los que puedas acudir.

 Ve ahorrando un poco de dinero para poder utilizarlo en caso de emergencia.

 En caso de que no poseas un celular, localiza un teléfono público cercano y adquiere una tarjeta de teléfono para utilizarla únicamente durante una emergencia.

 Saca copia a las llaves del carro, de la casa, del negocio, y de todos aquellos lugares que juzgues importantes.

 Prepara ropa para ti y para tus hijos y guárdala en un lugar seguro, para que puedas salir rápidamente de tu hogar.

 Piensa en cómo podrías proteger a tus hijos y ubicarlos en un lugar seguro.

¿Tiene algún patrón la violencia familiar?

Sí, normalmente se da por ciclos que se dividen en tres partes:

1. PRIMERA FASE LLAMADA “ACUMULACIÓN DE TENSIÓN”:

Se producen episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de la pareja, con incremento constante de ansiedad y hostilidad.

Esta fase es sutil y se manifiesta como agresión psicológica: el agresor ridiculiza a su pareja, no presta atención a lo que ella dice, todo le parece mal.

2. SEGUNDA FASE O DE “EPISODIO AGUDO”:

La tensión acumulada de lugar a una explosión de violencia que puede variar en gravedad: desde un empujón hasta el homicidio.

En esta fase aparece la violencia física., que refuerza la agresión psicológica: comienzan los golpes y se va creando un miedo constante.

3. TERCERA FASE O DE “LUNA DE MIEL”:

Se produce el arrepentimiento en el hombre, a veces es instantáneo al ver el daño producido.

Pide disculpas y promete que “nunca más volverá a ocurrir”.

La mujer lo perdona.

Y así inicia un nuevo ciclo.

¿Cómo sé si soy víctima de violencia conyugal?

Si reconoces algunos de estos signos es posible que estés entrando a la primera fase del ciclo de violencia familiar:

Siempre es él quien decide todo y quien impone su punto de vista. En caso de desacuerdo, no admite discusión posible.

Te critica todo lo que haces, lo que dices, lo que piensas, cómo te vistes, tu cuerpo.

Te humilla frente a todo el mundo.

Controla todo lo que haces, a dónde vas, con quién estás.

Es muy posesivo, te impide que veas a tu familia y a tus amigos.

Te obliga a hacer cosas que no deseas.

Si no las haces, te da miedo que se enoje.

Denigra a todas las mujeres.

Le tienes mucho miedo.

¿Cuáles son los tipos de violencia?

MALTRATO FÍSICO

Es la agresión intencional en la que se utiliza alguna parte del cuerpo; objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física del otro, encaminada hacia su sometimiento y control. Incluye entre otras: golpes, empujones, jalones de pelo, pellizcos, mordidas, quemaduras, estrangulamientos, secuestros, sacudidas, escupidas y heridas con arma de fuego. Este tipo de abuso puede dejar secuelas irremediables y poner a las mujeres en peligro de muerte.

VIOLENCIA PSICOLÓGICA

Es un atentado a la integridad psíquica de la mujer. Se basa principalmente en la degradación de la imagen que la mujer tiene de sí misma a través de menosprecios, descalificaciones, juegos mentales, humillaciones, críticas, indiferencia, ridiculizaciones, hostigamiento, desprecios o cualquier forma de desvalorización con palabras o gestos. Incluye también infundir miedo por medio de amenazas, control y violencia.

VIOLENCIA EMOCIONAL

Es una forma de manipulación en la que el hombre utiliza las emociones o los sentimientos de su pareja para obligarla a hacer cosas que ella no quiere o para que cambie su forma de pensar. En este tipo de chantaje, el hombre amenaza a la mujer, directa o indirectamente, con castigarla si ella no hace lo que él quiere.

MALTRATO VERBAL

Son las agresiones intencionales ejecutadas a través del lenguaje, con el propósito de ofender, agredir, menospreciar, denigrar o humillar a cualquier persona. Incluye gritos, insultos, maltratos, órdenes y amenazas.

VIOLENCIA SEXUAL

Son los actos u omisiones reiteradas y cuyas formas de expresión pueden inducir a la realización de prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor; utilizar los celos para controlar, manipular o dominar a la pareja y generar en ella un daño. Así como los actos que la ley penal tipifique como delitos contra la libertad y el normal desarrollo psicosexual. Incluye violaciones –obligar a la mujer a tener relaciones sexuales a la fuerza, aunque sea su marido-; imponer relaciones sexuales brutales o con diferentes parejas; obligar a la mujer a observar películas pornográficas y/o reproducir estos escenarios, inducir o forzar a la prostitución, etcétera.

VIOLENCIA ECONÓMICA O PATRIMONIAL

Es el no cubrir intencionalmente las necesidades básicas de las víctimas a efecto de ejercer control a través de la falta de recursos económicos. Incluye destrucción de las pertenencias de la mujer, dejar de dar o negarse a cubrir los gastos del hogar, utilizar el poder económico para forzarla a comportarse como él quiere; utilizar en beneficio propio los bienes que ella ha adquirido o que han construido en pareja, negarse a que ella maneje su propio dinero o el hogar; acumular deudas a nombre de la mujer; obligarla a entregar el dinero que ella gana en su trabajo, entre otros.

VIOLENCIA INFANTIL

Es aquella acción u omisión, no accidental que provoque daño físico o psicológico a un niño por parte de sus padres o cuidadores, y se encuentra relacionada con los niños que son testigos de violencia, ya que éstos presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas de abuso.

VIOLENCIA CONTRA ANCIANOS

Se define como cualquier acto que, por acción u omisión, provoque daño físico o psicológico a un anciano por parte de la familia.

¿Cuáles son los efectos del maltrato?

Aunque cada mujer vive la violencia de una manera particular, se ha encontrado que el ser víctima de violencia conyugal puede ocasionar los siguientes efectos:

Fatiga física y psicológica: La mujer maltratada vive en un ambiente en donde la violencia, la privación, la tensión, el miedo y el terror constantes son la norma. Esto les provoca agotamiento energético, física y psicológicamente.

Violencia: Al ser víctima de violencia estimula el sistema nervioso autónomo como respuesta a una situación amenazante para su integridad, si ésta se repite se aumenta el estado de fatiga física y mental, ya que el cuerpo no ha terminado de recuperarse.

Privación: Muchas mujeres maltratadas son privadas de sus necesidades básicas (sueño, alimentación, descanso, etc.), de sus relaciones sociales y de su libertad, esto también va debilitando a la mujer física y mentalmente.

Tensión constante: La mujer maltratada vive en un ambiente de violencia esperada: la violencia puede surgir en cualquier momento y bajo cualquier pretexto, por lo que, la mujer debe estar en guardia todo el tiempo y anticiparse a cualquier sanción, lo que hace que invierta mucha energía tratando de evitar futuros ataques.

Miedo y Terror: La mujer vive atemorizada por las amenazas del uso de violencia en contra de ella o de sus seres queridos. Este terror es constante y real y la pueden inmovilizar hasta llegar a la apatía.

Aislamiento: Los hombres violentos tienden a imponer el aislamiento en sus parejas relegándolas al hogar; recortando sus contactos externos y limitando sus actividades, por ello se refugia en su casa para evitar cualquier estimulo que pueda provocar una agresión. De esta forma, la mujer está aislada material y emocionalmente, lo que la lleva a volverse más dependiente de su pareja, quien, a su vez, experimenta un aumento del control a medida que se percata de esto.

Culpa y vergüenza: La mayoría de las mujeres maltratadas se sienten responsables por haber sido agredidas. Creen que ellas hicieron algo para merecer o provocar el maltrato.

Baja autoestima: Los hombres violentos constantemente descalifican y desvalorizan a sus parejas como personas, esposas, madres y profesionales. Las mujeres terminan creyendo las críticas de su pareja acerca de su incapacidad, por lo que se debilita su autoestima.

Pérdida de identidad: La autoridad y el control total que el agresor tiene sobre su vida las despoja de su capacidad para expresar su voluntad y sus deseos, lo que las lleva a sentirse incapaces de pensar, sentir y actuar independientemente. Esto va destruyendo su personalidad.

Impotencia y desesperanza: Debido a sus intentos fracasados por controlar o evitar la violencia, la mujer llega a creer que nada de lo que haga puede cambiar su situación. Esta creencia promueve sentimientos de desesperanza e impotencia.

Enojo e ira: La situación en la que vive la mujer maltratada desencadena sentimientos de enojo en ella. Con el tiempo este enojo se va acumulando y puede llegar a convertirse en ira. Se enojan con ellas mismas porque se sienten responsables de lo que están viviendo. Ello está ligado al sentimiento de culpabilidad y puede manifestarse a través de depresión o de conductas autodestructivas.

Pérdida de autonomía: La privación de su libertad de movimiento, de elección y de recursos económicos propios hace que la mujer dependa del agresor para su sobrevivencia y para la satisfacción de sus necesidades básicas.

Ansiedad: El temor a ser violentada en cualquier momento fomenta la ansiedad en la mujer, ya que debe permanecer en constante vigilancia ante cualquier indicio de peligro potencial.

Negación: La negación al rechazo involuntario de reconocer que se vive una situación de violencia, minimizando los hechos y sus consecuencias o justificando al agresor.

¿Cuál es el castigo para quienes ejerzan violencia familiar?

La prisión (de seis meses a seis años).

La pérdida de los derechos que tenga respecto de la víctima, incluidos los de carácter sucesorio, patria protestad, tutela.

Prohibición de ir a lugares determinados o de residir en ellos.

Al agresor se le sujetará a tratamiento especializado.

¿Es posible prevenir la violencia familiar?

Sí, o al menos puede disminuirse la posibilidad de que se presenten actos violentos al interior de su familia.

Si la familia está de acuerdo se pueden tomar algunas medidas para establecer relaciones familiares basadas en el respeto mutuo, la comunicación, la igualdad y el amor.

Invita a los miembros de tu familia a que expresen cuáles son los momentos que les generan mayor tensión y establezcan normas al respecto, por ejemplo, si alguien en la familia está molesto por alguna causa, que busque el momento apropiado y en forma tranquila lo hable, que nunca lo haga mientras esté enojado.

Cuando haya un ambiente familiar tenso realicen alguna actividad que los ayude a relajarse.

Practiquen aceptar opiniones diferentes, puntos de vista distintos y busquen soluciones que satisfagan los deseos o necesidades de ambas partes.

Platiquen sobre las normas y límites (de su pareja y de su familia) respecto a la forma de hablarse unos a otros, el tono y el tipo de palabras que no se deben utilizar entre ustedes (palabras altisonantes o despectivas, gritos, burlas, menosprecios, etc.), establezcan sanciones para quienes no respeten lo acordado.

Hablen, ya sea en familia o en pareja, sobre lo que piensan de las diferentes situaciones que consideren relevantes para su familia emitiendo cada uno su opinión, promoviendo en todo momento la igualdad entre los hombres y mujeres en todos los aspectos, reconociendo que aunque existen diferencias físicas, a cada uno tiene fortalezas y debilidades, pero no por ello alguno es mejor que el otro y eduquen a sus hijos sobre estos valores.

Platique en pareja sobre el hecho de que una relación no implica una lucha de poder, estar juntos no significa imponer la voluntad sobre la otra persona, significa aprender a negociar una solución que satisfaga los deseos y necesidades de ambos.

Eduquen a sus hijos fomentando valores como: la verdad, la sinceridad la honestidad, la lealtad, la bondad, la generosidad y el respeto, pero no olviden que se educa con el ejemplo, eviten las incongruencias.

Busquen ejercer su autoridad con moderación, donde todos los miembros de la familia se relacionen a través de la comunicación y no de la imposición, de la aceptación y no con el rechazo.

Enseñen a sus hijos el sentido de responsabilidad, cooperación, solidaridad, mediante la asignación de tareas y responsabilidades de la casa, por ejemplo: aseando su cuarto, cuidando el jardín, cuidando una mascota, las plantas, etcétera.

Fomenta en los niños el autocontrol y la capacidad de autodominio, así como la tolerancia a la frustración, aprovecha los juegos para hacerlos conscientes de que “no siempre se puede ganar”, “hay que saber perder” pero es importante el esfuerzo invertido en la competencia.

Si sabes de una persona (hombre o mujer) que enfrenta la problemática descrita, no dudes en que necesita ayuda profesional, así que dales este artículo y los datos que a continuación aparecen.

En la Clínica de Atención Emocional ofrecemos servicios profesionales para brindarle (brindarte) el tratamiento profesional y adecuado a su (tu) caso.

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Como siempre me despido diciendo que si tienes una duda me escribas un correo a: almaisabelp40@hotmail.com

Atentamente.

Alma Isabel Pérez Salcedo

Psicóloga Clínica; Psicoterapeuta Sistémica; Especialista en Hipnosis y Gestalt en niños, adolescentes y adultos; Sexóloga Educadora

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